Peñíscola, situada en la provincia de Castellón, en la Costa del Azahar, es mucho más que un destino de sol y playa; es un enclave donde el tiempo parece haberse detenido sobre un imponente peñón rocoso. Conocida como la «Ciudad en el Mar», su silueta está marcada por siglos de resistencia y una ubicación estratégica que la convirtió en el refugio perfecto para civilizaciones antiguas. Al recorrer sus murallas renacentistas, se percibe esa atmósfera de fortaleza inexpugnable que, bañada por la luz dorada del Mediterráneo, ofrece una de las estampas más bellas y reconocibles de toda la geografía española.
Peñíscola es una mezcla perfecta de historia, paisaje y una gran oferta turística, ideal para quienes buscan una experiencia completa, sin renunciar a nada. Por eso, en este blog vamos a hablaros de los lugares que ver en Peñíscola, lugares imprescindibles.

Historia de Oviedo
Los orígenes de Peñíscola se remontan a los íberos y los fenicios. En la época romana existió un importante puerto, donde se intercambiaban vino y aceite por productos traídos de otras tierras. Esta localidad está situada sobre una península rocosa, que antes estaba unida a tierra solamente por un istmo de arena. Por este motivo, en tiempos romanos recibió el nombre de Peníscola (casi isla), que en castellano pasó a ser Peñíscola.
La verdadera magia de este lugar reside en su legado histórico, habiendo sido una de las poquísimas sedes pontificias del mundo junto a Roma y Aviñón. Entre sus piedras se esconden los ecos de los Caballeros Templarios y la férrea voluntad de Benedicto XIII, el célebre Papa Luna, quien se mantuvo fiel a sus convicciones desde este rincón del Maestrazgo. Visitar Peñíscola es, por tanto, sumergirse en un relato de intrigas medievales y leyendas marinas, donde cada callejón empedrado narra una historia de poder, fe y supervivencia frente al oleaje.
Curiosidad: la frase «mantenerse en sus trece» se dice que esta expresión popular española nació precisamente en Peñíscola. El Papa Luna (Benedicto XIII) se negó sistemáticamente a renunciar a su título papal, pese a las presiones de reyes y concilios. Su obstinación por mantenerse fiel a su cargo dio origen al dicho que usamos hoy cuando alguien no quiere cambiar de opinión.

Que ver en Peñíscola, lugares imprescindibles
Vamos a meternos en faena y a enumeraros los rincones que no pueden faltar en vuestra ruta. Desde fortalezas que desafían al mar, hasta joyas arquitectónicas escondidas entre callejones, estos son los lugares imprescindibles que ver en Peñíscola para descubrir su verdadera esencia histórica y mediterránea.

Casco histórico
El casco antiguo de Peñíscola se encuentra protegido por una muralla medieval, situado en lo que fue una antigua alcazaba árabe y está formado por calles estrechas y empinadas, con pavimento adoquinado, como la calle mayor, a cuyos lados se alzan pequeñas casas de color blanco, muy antiguas, decoradas con coloridas flores, en cuya planta baja podemos encontrar tiendas de souvenirs, restaurantes y pubs nocturnos.




Portal de Sant Pere
El Portal de Sant Pere, mandado construir por el Papa Luna en el siglo XV, es una de las puertas más históricas de la muralla. Diseñado para conectar directamente el casco antiguo con el puerto, destaca por su robusto arco de medio punto coronado por el escudo de Benedicto XIII. Antiguamente era el principal acceso marítimo a la fortaleza y hoy representa un punto clave para admirar la ingeniería militar medieval mientras se pasea frente al mar.



Curiosidad: el sistema de alcantarillado templario. Una de las mayores proezas de la ingeniería medieval en el casco antiguo es su sistema de drenaje. Los Templarios diseñaron las calles con una ligera pendiente y canales centrales para que, cuando lloviera torrencialmente, el agua limpiara automáticamente las calles y desembocara en el mar, evitando epidemias y malos olores en la fortaleza.

El castillo del Papa Luna
Esta fortaleza templaria, construida entre 1294 y 1307, es el símbolo indiscutible de la ciudad. Situado en la zona más alta del peñón, destaca por haber sido la sede pontificia de Benedicto XIII, el Papa Luna. Sus austeras salas de piedra, su patio de armas y sus imponentes caballerizas ofrecen un viaje directo a la Edad Media. Además, desde sus almenas se obtienen las mejores vistas panorámicas de todo el litoral mediterráneo.



Curiosidad: el castillo de Peñíscola fue elegido como residencia por el Papa Luna, conocido como el “antipapa” y por su sucesor, Clemente VIII, por lo que la ciudad se convirtió en la tercera sede papal del mundo, junto con Roma y Aviñón.

Iglesia de la Virgen de la Ermitana
Adosada a las murallas del castillo, esta ermita de estilo barroco valenciano es el centro de la devoción popular. Fue construida a principios del siglo XVIII y su fachada presenta motivos militares esculpidos en piedra, como cañones y tambores, en honor a la protección de la ciudad. Cada año, en septiembre, se celebran aquí las famosas «Danses», unas danzas ancestrales que han sido declaradas de Interés Turístico Nacional.


Plaza e Iglesia de Santa María
La Plaza de Santa María se encuentra en el casco antiguo de la ciudad, y su historia se remonta a la época de los romanos, cuando era conocida como Colonia Juliana Augusta. En la edad media se construyó la iglesia de Santa María, de estilo gótico, que le dio el nombre actual. En ella se encuentra la puerta del mismo nombre, que se inauguró en el siglo XVIII y la casa consistorial, un edificio de estilo gótico, que hoy en día es sede del ayuntamiento de Peñíscola.




Parque de Artillería
Rodeando la parte baja del castillo, este espacio militar fue transformado en un hermoso jardín botánico y zona de paseo. Entre palmeras, olivos y flora autóctona, podrás caminar por las antiguas baterías de defensa y polvorines que protegían la ciudad de los ataques piratas. Es un lugar mucho más tranquilo que el núcleo del castillo, ideal para disfrutar de la brisa marina y ver de cerca las murallas que rodean la fortaleza.

Bastión del Calvario
El bastión del calvario forma parte de la fortificación renacentista, junto con las baterías de San Fernando y de Santiago y era utilizado para vigilar la bahía de los ataques por mar. El interior tiene unas interesantes bóvedas, que en el siglo pasado albergaron las escuelas infantiles, en las que los espacios de las cañoneras servían como ventanas. Desde el baluarte hay unas increíbles vistas de la playa Norte.




El Bufador
Paseando por el casco antiguo nos encontramos con el llamado «Bufador», un curioso fenómeno geológico y uno de los rincones más mágicos de la ciudad amurallada. Se trata de una brecha natural en la roca sobre la que se asienta la ciudad, que conecta directamente con el mar Mediterráneo. En los días de fuerte oleaje, el agua entra con violencia por los túneles subterráneos y expulsa chorros de agua y espuma hacia arriba, acompañados de un estruendoso sonido o «bufido» que deja boquiabiertos a los visitantes.


La Casa de las Conchas
Situada en una de las empinadas calles del centro, esta vivienda es famosa por tener su fachada completamente decorada con conchas de mar. Fue un trabajo artesanal realizado por una familia local durante años, convirtiéndose en un homenaje personal al entorno marinero del pueblo. Sus ventanas de estilo árabe y su singular textura la han convertido en uno de los puntos más fotografiados y curiosos de toda la ciudad amurallada.


El faro de Peñíscola
Ubicado junto al castillo, este faro sigue siendo una señal vital para los navegantes de la Costa del Azahar. Aunque su estructura actual data de finales del siglo XIX, su ubicación ha sido estratégica desde la antigüedad. Aunque no siempre es posible visitar su interior, su silueta blanca recortada contra el cielo azul es una parte esencial del paisaje urbano. Es el lugar perfecto para contemplar cómo la luz del atardecer baña el peñón.


El Portal Fosc
El Portal Fosc, o Puerta Oscura, fue hasta el siglo XVIII la entrada principal al recinto amurallado desde tierra firme. Su nombre se debe a la escasa iluminación que recibe su pasaje interior, diseñado con un ángulo de noventa grados para dificultar la entrada de invasores. De estilo renacentista, destaca el imponente escudo del rey Felipe II sobre el arco exterior, quien ordenó su construcción para reforzar las defensas contra los ataques piratas. Al otro lado del Portal Fosc llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra la Casa Consistorial de Peñíscola y a la Calle Mayor.



Museo del Mar
Ubicado en el antiguo edificio de «Les Costures», con unas preciosas vistas del mar Mediterráneo, este museo rinde homenaje a la milenaria tradición pesquera de la localidad. A través de sus tres secciones (historia, arqueología y biología marina), los visitantes pueden comprender cómo el mar ha moldeado la vida de sus habitantes. Cuenta con acuarios que muestran especies locales, maquetas de embarcaciones antiguas, y mucho más.
Os dejamos aquí el enlace a su página web, para consultar más información, precios y horarios: https://www.peniscola.org/ver/875/museu-de-la-mar.html

Antes de dejar el Casco Antiguo de Peñíscola, no podemos resistirnos a hacer algunas compras en sus pequeñas tiendas y comercios, que cuentan con ropa, bisutería o artesanía, y que con sus llamativos colores, alegran las blancas calles del casco histórico, además de poder contribuir a la economía local.



Puerto de Peñíscola
El puerto de Peñíscola es uno de los más importantes de la comunidad Valenciana, ya que la industria pesquera sigue siendo un motor económico para la ciudad, junto con el turismo. Una visita recomendable es ir a ver cómo los marineros descargan la pesca del día, al llegar la tarde.


Playa Norte y Playa Sur
La Playa Norte es la playa más famosa y extensa de Peñíscola, con cinco kilómetros de arena fina y aguas cristalinas. Lo que la hace realmente especial es su ubicación: mientras nadas o tomas el sol, tienes una vista frontal ininterrumpida del majestuoso castillo recortado en el horizonte. Cuenta con todos los servicios y el distintivo de Bandera Azul, lo que la convierte en el lugar preferido para las familias que buscan comodidad y belleza.


Al otro lado del peñón, hay otra playa, ésta más pequeña, la Playa Sur, situada junto al puerto pesquero y resguardada por el imponente espigón. A diferencia de la Playa Norte, destaca por sus aguas tranquilas y menor profundidad, lo que la hace ideal para familias. Es el lugar perfecto para ver los barcos regresar a puerto al atardecer.


Gastronomía
La gastronomía de Peñíscola es un fiel reflejo de su alma marinera y huertana. El plato estrella es el All i Pebre de rape, un guiso intenso y tradicional. También destacan el «suquet de peix» y sus variados arroces, como el arroz a banda. No olvides probar los «caragols de mar» y, de postre, los riquísimos pastissets de calabaza.
Pero en Peñíscola la oferta gastronómica es muy amplia y variada, hay para todos los gustos y los bolsillos.

Restaurantes recomendados
Es muy difícil quedarse solo con unos pocos restaurantes, ya que Peñíscola tiene una increíble y variada oferta gastronómica, pero vamos a mostraros algunos de los mejor valorados y más populares. Esto es solo una pequeña muestra, el resto os animamos a que los descubráis vosotros.
- Restaurante Tío Pepe (Marínba): es actualmente uno de los referentes indiscutibles, especialmente por su compromiso con la cocina sin gluten y su altísima calidad, con platos como el arroz meloso de bogavante.
- El Pescador Ermitaño: ubicado en la Avenida del Papa Luna, este restaurante es la opción ideal para quienes buscan pescado y marisco fresco en un ambiente auténtico pero cuidado.
- Restaurante Papa Luna: es un lugar clásico situado en el paseo marítimo que ofrece una de las mejores relaciones calidad-precio. Es muy popular por su menú marinero.
- Restaurante Aguamarina: una opción interesante, con pulpo, marisco y una amplia variedad de platos, a un precio competitivo.


Nuestro recorrido
- Casco antiguo Peñíscola
- Portal Sant Pere
- Castillo del Papa Luna
- Iglesia de la Virgen de la Ermitana
- Plaza de Santa María
- Plaza de Artillería
- Bastión del Calvario
- El Bufador
- La casa de las Conchas
- Faro de Peñíscola
- Portal Fosc
- Museo del Mar
- Puerto
- Playas de Peñíscola