Hoy queremos compartir con vosotros una bonita y sencilla ruta, ideal para hacer con niños o en familia, que nos llevará al poblado abandonado de «A Paicega», en el concejo asturiano de Pesoz, un pequeño municipio del occidente asturiano, que cuenta con una población de menos de 200 habitantes, siendo el segundo concejo menos poblado de Asturias, después de Yermes y Tameza.
Dónde aparcar
Para llegar al inicio de la ruta al poblado de A Paicega, hay que dirigirse a la capital del concejo, del mismo nombre. En el pueblo no tendréis problema para aparcar, ya que la entrada cuenta con un amplio aparcamiento, y varias zonas más a lo largo de la carretera.
Inicio de la ruta
En el centro de Pesoz se encuentra el inicio de la ruta, marcada justo al lado de la fuente, cuya señal nos indica ruta de A Paicega P.R. A.S-169. En este cartel nos informa de la duración de la ruta, que son siete kilómetros, ida y vuelta, así como del desnivel, que es de unos trescientos metros acumulados.
Recorrido
Nada más salir del pueblo comienza un moderado ascenso, que nos adentra en el bosque, un bonito paseo a la sombra de los árboles, salpicado de restos de cabañas, castros y otras pequeñas construcciones. En este tramo es donde se concentra el mayor desnivel, pero es muy llevadero y apto para niños que estén acostumbrados a caminar. En época de lluvias puede haber mucha afluencia de agua, que en ocasiones puede llegar a tomar el camino, y hacer un poco complicado el acceso.
Una vez recorridos unos tres kilómetros, dejamos el bosque y salimos a la carretera y sin parar de subir, después de otro kilómetro, llegamos a la pequeño pueblo de Sanzo, una bonita aldea, bañada por el sol, en la que hay una ermita. A partir de este punto la ruta es prácticamente llana. Una vez atravesado el pueblo nos encontramos con una bifurcación, en la que tenemos que coger el camino a la izquierda, donde termina la carretera y empieza una pista de tierra.
Después de recorrer otro kilómetro por esta cómoda pista, llegamos por fin al panel que nos indica que estamos en el poblado de A Paicega. Si vamos a la izquierda, podremos visitar la iglesia de la Virgen de la Luz, totalmente restaurada, y si vamos de frente, nos encontraremos con el mirador de A Paicega, un templete (también de nueva construcción) con unas hermosas vistas del embalse de Grandas de Salime y del entorno que lo rodea. El resto del poblado se encuentra en ruinas, algunos edificios aguantan en pie, pero hay que tener mucha precaución, porque están muy deteriorados. Si tenéis suerte y hace un día de sol, como nos tocó a nosotros, disfrutaréis de unas vistas increíbles, y os costará dejar de sacar fotos a este lugar lleno de misterio, que en su día albergó tanta vida y fue abandonado de repente, dejando testimonio de la faraónica obra que llevaron a cabo aquellos trabajadores.
A Paicega
A mediados del siglo pasado, comenzó la construcción del embalse de Grandas de Salime, que se inauguró en el año 1954 y para ello se levantó una presa, para dar cauce al curso del río. Esta obra era muy complicada, y puesto que querían acabarla en poco tiempo, necesitaron traer trabajadores de todas partes de España. Por ese motivo se construyó el poblado de A Paicega, para poder alojar a los obreros y a sus familias, cuya población llegó a alcanzar los 2000 habitantes. El pueblo contaba con todo lo necesario para la vida de estar personas, como iglesia, tiendas y consultorio médico.
La obra de la presa costó la vida a muchos trabajadores, por los medios de seguridad tan precarios con los que trabajaban, y llegó a ser la más grande toda España en aquel momento. Para poder llevar todos los materiales necesarios para la enorme construcción, y debido al mal estado de las carreteras y la gran distancia a recorrer, se construyó un teleférico de 40 km de largo, desde el puerto coañés del Espín.
Una vez finalizada la presa, el poblado quedó abandonado y hoy solo se conservan las ruinas de la docena de pabellones , cada uno de los cuales albergaban tres viviendas familiares, así como los restos de los barracones y los almacenes y la iglesia, que se ha reformado recientemente.
Dónde comer en Pesoz
En Pesoz hay varios restaurantes, también hay museos y algún alojamiento. Nosotros comimos en el mesón As Cortes. La comida es casera y tienen vino de fabricación propia. Los precios fueron razonables y la calidad muy buena, ya que casi todo son productos de la zona.
Nuestra ruta al poblado de «A Paicega»
- Inicio en el centro de Pesoz.
- Palacio de Manuel Monteserín García.
- Ruta A Paicega: «P.R. A.S.-169».
- Ascenso por el bosque.
- Aldea de Sanzo.
- Ermita de Sanzo.
- Camino de tierra hasta «A Paicega».
- Poblado de «A Paicega».
